miércoles, 14 de enero de 2009

Entrevista a IORITZ MENDIZABAL en el Diario Vasco.Gana por 2ª vez la estadística de jockeys...

Ioritz con el gran SPIRIT ONE.
Otra foto con SPIRIT ONE.
Y esta con VISION D'ETAT.
Entrevista que aparece en el Diario Vasco a Ioritz:
Los aficionados a las carreras de caballos tenemos muy claro quién ha sido el deportista vasco más destacado en 2008. Fácil nos lo ha puesto el jockey oiartzuarra Ioritz Mendizábal ganando, por segunda vez en su carrera, la Cravache D'Or (Fusta de Oro), o lo que es lo mismo, la estadística de jinetes en Francia. Mendizábal ha montado durante el año 664 caballos, participando en 1.115 carreras en las que ha conseguido 202 victorias, 474 colocaciones y 7.368.077 euros en premios. Tras él, segundo con 174 ganadores, el crack belga Christophe Soumillon y tercero, con 149, Stephane Pasquier.
Siempre entre los tres primeros desde 2001, es en 2004 cuando el jockey guipuzcoano lograba imponerse por primera vez en la prestigiosa estadística gala montando 220 ganadores, todo un récord a tener en cuenta. «Aunque siempre hace mucha ilusión ganar una estadística, ganar en 2004 fue distinto. Era la primera vez en la historia de las carreras en Francia que el galardón salía de París y lo ganaba un jockey de provincias. Este año mi objetivo era ganar carreras buenas y me ha hecho más ilusión ganar el Jockey Club y el Arlington Million», confiesa el oiartzuarra.
Era en 2003, en Deauville, cuando Mendizábal lograba su primera carrera de grupo con una yegua llamada Commercante. En 2004, en Saint-Cloud llegaba su primer grupo I, el prix Saint-Alary, con Ask For The Moon, y en 2008, el prix Jockey Club, con Vision D'Etat y el Arlington Million, con Spirit One, su consagración internacional. «Cuando se gana una carrera de nivel de grupo se siente algo muy raro y que nunca antes piensas que podrías alcanzar. De niño ves el Arlington Million como algo mítico; participar en esa carrera y ganarla fue increíble», confiesa nuestro jinete.
Entre las grandes carreras, oficioso campeonato del mundo de purasangres, está el Arco, en cuya última edición Mendizábal montaba a uno de los favoritos, el tres años Vision D'Etat, finalmente quinto. «Ganar el Arco no es una obsesión, pero sí un sueño para cualquier jockey. Mi caballo se presentaba imbatido a la cita, pero no pudo ser. Ahora, no creo que veamos mientras vivamos una yegua de la calidad de Zarkava, la ganadora. Es impresionante», dice con absoluta admiración Ioritz.
Nacido en Oiartzun el 2 de mayo de 1974, hijo de José Luis, de profesión bancario e Izaskun, andereño de la ikastola, Ioritz Mendizábal siempre tuvo claro lo que quería ser. Así, desde muy pequeño, se relacionó con los caballos y aprendió a montar en una yeguada cercana a su pueblo, Audele. A los catorce años cruzó la muga para establecerse en la escuela de aprendices de Mont de Marsan, trabajando a las órdenes de Michel Laborde. A los diecisiete entra en la preparación de Jean Claude Rouget, la mejor del suroeste francés.
«Cuando yo era niño, mi aita tenía alguna yegua de cría, y quizá de ahí me venga la pasión por los caballos. Cerca de casa había una hípica y ahí estaba todo el día. Nunca dudé en lo que quería ser. Y debo agradecérselo a mis padres, que fueron inteligentes entendiéndome y dándome toda su ayuda para formarme».
Establecido actualmente en Pau, Mendizábal monta prácticamente todos los días del año, habitualmente en alguno de los hipódromos que bordean París. De su profesionalidad pueden dar fe los más de 130.000 kilómetros que recorre anualmente por carretera, más trenes y aviones. Mide aproximadamente 1,70 metros y da en la báscula 53,5 kilos sin seguir ninguna dieta milagrosa. «Como poco, sólo verdura y mucha fruta. La carne apenas la pruebo. Tampoco tengo que acudir al gimnasio, no tengo tiempo y la sauna hace dos años que no la piso. Es mi constitución», razona.
Con el ya retirado Cash Assmusen como modelo a imitar entre los jockeys, Mendizábal cree que en su profesión siempre se está evolucionando. «Hace aproximadamente año y medio que cambié mi forma de montar acortando los estribos. Y todos los días se aprende algo ya que cada caballo es diferente y necesita una monta distinta. El buen jockey es el que se acopla a todos los caballos y situaciones de carreras. Si no conoces al caballo, entonces entra la labor del entrenador, que en pocas palabras tiene que transmitirme lo que sabe de él».
No todo han sido alegrías en la carrera del jinete. En 2005 tuvo una grave caída en el hipódromo de Toulouse montando a Hotesse, una yegua de Ramón Avial, sufriendo doble fractura de clavícula y de siete costillas. Pese a ello, Ioritz Mendizábal dice que nunca ha sentido miedo al subirse a un caballo. «Nunca. Sólo piensas en volver a montar cuanto antes».
Cuando le hablas de Nagore Otaño, la amazona fallecida tras sufrir un accidente en el hipódromo donostiarra, y a quien conocía, Mendizábal se pone serio. «Piensas en su familia, en su dolor, pero hay que borrarlo inmediatamente de la cabeza para poder continuar».
Dos momentos malos en la vida profesional de Mendizábal están relacionados con Jean Claude Rouget. Cuando, perdido su descargo, estuvo año y medio sin ganar una carrera para su jefe y cuando éste le retiró su confianza como primer jockey de la cuadra para dársela a Christophe Lemaire. «No puedo mentir, son momentos duros, difíciles. Mi primera reacción fue marcharme a Inglaterra, pero gracias al consejo de mis padres me quedé en Francia».
Allí seguirá, sin contrato que le ligue a ningún preparador, ganando carreras. En diciembre visitó Japón, ganando la challenge de jockeys de Hawshin en representación de Francia; a la vuelta, pasó el habitual descanso navideño en la casa familiar, en Oiartzun.
Desde el 2 de enero ha vuelto a Pau y Ioritz Mendizábal sigue ganando carreras. Es su vida y no le va nada mal, porque ganar la estadística de jockeys en Francia está al alcance de unos pocos elegidos. Eso sí, advierte que si tiene un hijo prefiere para él otra profesión distinta.
¡¡A por la del año que viene Campeón!!